Yo, por pura imitación tuve mi primera cámara con 7 años y aun conservo las fotos que les hacia a mis amigas y a mis muñecas con decorado incluído.
Así que creo que de ahí viene mi necesidad de conservar los recuerdos de la mejor manera, a través de fotografías.

Estudié diseño gráfico y estuve unos años trabajando como diseñadora, pero la fotografía que seguía siendo un hobby, me empezó a interesar más y quería seguir aprendiendo así que deje mi trabajo y estudié fotografía artística en la Escuela de Arte de Granada. Al empezar a trabajar como profesional me enamoré del mundo de las bodas y decidí que ese iba a ser mi camino.

Vivo cada boda como si fuese la primera y pongo toda mi ilusión y empeño para conseguir que vuestro día quede resumido en miradas, abrazos, risas y detalles que muchas veces pasaran desapercibidos pero que son importantes para contar vuestra historia de la mejor manera posible.

Soy paciente y discreta, y eso queda reflejado en los reportajes ya que se esperar los momentos emocionantes y casi no os daréis cuenta de que estoy; lo que más me repiten las parejas es que capturé sus mejores recuerdos con cada persona importante sin tener la sensación de estar pegada a ellos todo el rato.